Dos empresas, mismo sector, tocan los mismos clienes.
Una sigue aumentando sus clientes y su facturación.
Otra enredada apagando fuegos y con la sensación de que sus clientes son el mismo demonio.
Las dos empresas tienen buenos comerciales: con experiencia, solventes ante los clientes y seriedad.
Una tiene los comerciales con los ojos como tigres buscando nuevas presas.
Los de la otra, sus móviles no para de sonar, pero a media semana no han cerrado una nueva venta.
Las dos empresas dirigidas con firmeza, con las ideas claras, con un buen historial detrás.
Un gerente duerme a pierna suelta: resultados y previsiones alineados.
Otro se despierta a media noche preocupado por el incierto futuro y la tendencia negativa.
Las dos tienen algo en común. Los días tienen 24 horas.
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