Siempre que se habla de emprender nos aconsejan no dar un paso sin desarrollar nuestro modelo de negocio. Más aún, consultar ese modelo de negocio con profesionales especializados. Tan importante como el modelo de negocio es tener clara nuestra filosofía de empresa. ¿Parece metafísica? Puede… pero la filosofía corporativa dice quiénes somos, y definirá nuestra dirección. Aunque no lo sepamos, todas las empresas la tienen. Por eso hay que tener claras nuestras líneas de perfil antes de pasar a la acción.
Qué es una «filosofía de empresa»
Definir qué es filosofía de empresa parece complicado, pero es mucho más real de lo que pensamos. Todos hemos oído hablar de «cultura de empresa». En realidad son casi sinónimos. La filosofía de empresa responde a tres preguntas:
- ¿Qué hacemos? Localizar nuestro servicio, eso que producimos más allá del catálogo. Siempre hay un rasgo distintivo.
- ¿Qué intenciones tenemos? O lo que es lo mismo, y como diría la canción, a dónde vamos. No hablamos de objetivos de ventas, sino de objetivos de crecimiento. ¿Queremos externalizar? ¿Nos interesa diversificar producto?
- ¿Cuáles son nuestros valores? Todos tenemos unas líneas rojas. Nuestra ética personal se reflejará en la ética y valores de nuestro negocio. Si además nos dedicamos a la gestión de ventas, tendremos que preguntarnos muy a menudo qué hacer y qué no. Que no nos lo preguntemos, ojo, no significa que no esté ahí.
- ¿Cómo nos relacionamos entre nosotros? Quizá el aspecto más vital de la filosofía de empresa: las relaciones interlaborales.
- ¿Cómo nos relacionamos con nuestro entorno? Aquí entra nuestra responsabilidad corporativa. Eso que siempre creemos que no tenemos, o que es para grandes empresas.
La filosofía de empresa ayuda tanto a los empleados como a los prospectos y clientes a posicionar nuestro negocio. Algunos empresarios y jefes de equipo tienen miedo a perder clientes por expresar decicisiones éticas. Es razonable, pues ninguno queremos perder clientes. Sin embargo, es inevitable que alguien no quiera identificarse con nuestros valores. De la misma manera, encontraremos personas que nos elijan precisamente a causa de esos valores de empresa. Esas relaciones serán las que prosperen más y mejor. Esos son los clientes que queremos: los que conectan con nosotros.
La importancia de conocer y difundir nuestra filosofía de empresa
Nuestra filosofía de empresa, como el modelo de negocio, es un punto de partida. Es el punto de inicio de muchas decisiones, tanto de nuestros jefes de equipo como de nuestros empleados. Por ejemplo, al asociarnos con otro negocio. O incluso para que alguien decida apostar por nosotros en su carrera profesional. No hay departamento de Personal que no tenga en cuenta una filosofía de negocio en sus entrevistas.
Tanto da qué resultado tengan esas decisiones: gracias a una clara filosofía de empresa, todo nuestro equipo estará funcionando en la misma frecuencia. Quizá el rasgo más básico de las empresas con filosofía corporativa clara es la estabilidad de sus equipos. Si sabemos quiénes somos, y por qué estamos trabajando, nuestra productividad aumentará.
De este modo, esas pestañas de las web corporativas que rezan Visión, misión y valores quizá no estén de adorno, ¿verdad? Entonces, ¿por qué la web de nuestra empresa todavía no la tiene? No necesitamos palabrería. De hecho, palabrería es lo que menos necesitamos. Simplemente contar quiénes somos y qué queremos conseguir (además de vender).
Cómo comunicar nuestra filosofía de empresa
Obviamente, lo primero que debemos hacer es tener clara cuál es nuestra filosofía corporativa. A partir de ahí, comunicarla es sencillo, si seguimos unas pocas normas y algo de sentido común.
- Una declaración de filosofía de empresa no es un argumentario de ventas. Nos ayuda a vender, pero no debe contener eslóganes o frases vacías.
- Tampoco debemos buscar gustar a todo el mundo. Es imposible. Debemos, como en toda gestión de ventas, encontrar mentes, y negocios, afines.
- Los valores y las estrategias van de la mano en la filosofía de empresa. Debemos perder el miedo a exponerlos «por si nos los roban». Si tenemos grandes ideas, saldrán más de donde han salido las primeras.
La filosofía de empresa no es un manual. Es más bien un marco de referencia. En otras palabras, lo que necesitamos cada vez que tengamos que pararnos a pensar cómo resolver una situación. Esas preguntas que van más allá del día a día o que se repiten con frecuencia.
La filosofía de nuestra empresa tendrá mucho que ver con la filosofía personal de nuestra gerencia. En Trebede.com lo tenemos claro: hacemos programas sencillos para el día a día. Acompañamos a nuestros clientes, y también nos acompañamos entre nosotros. Nos define también nuestro amor por la naturaleza y nuestro compromiso con nuestra tierra, León. No todos nuestros clientes comparten una a una nuestras pasiones, pero podemos decir que compartimos valores con la mayoría, y eso nos hace mejores.