Cada vez se extiende más la figura del autónomo que presta servicio a una empresa de manera habitual. Esta forma de trabajo descentralizada es una tendencia a la que se prestan cada vez más pequeñas empresas. Sin embargo, antes de contratar un freelance para nuestra pyme debemos tener claro qué podemos exigirle y qué podemos esperar de él o ella.
Actualmente se contratan trabajadores freelance de casi cualquier profesión: comerciales, diseñadores, gestores de comunicación, personal de mantenimiento y limpieza… La coyuntura económica influye mucho: según un estudio de la agencia trasnacional IDC casi el 40% de la fuerza laboral del planeta son autónomos o trabajadores por cuenta propia.
En España no son pocos los profesionales que ante un panorama laboral inestable, precario y nada conciliador se han lanzado a la aventura de «montárselo por su cuenta». Y esta libertad del freelance nos favorece como clientes, aunque genera unas dinámicas distintas a las del trabajador asalariado que debemos conocer bien para que la colaboración sea fructífera.
Qué busca una pyme cuando contrata un freelance (y qué no debe buscar)
1.- Resolver una necesidad rápidamente. Aunque esa necesidad se vea a largo plazo, tiramos de freelance cuando debemos resolver cuanto antes la necesidad de nuestra empresa. El proceso de selección suele ser más rápido que para un trabajador asalariado, y también el contrato… lo que nos lleva a la segunda razón:
2.-Precio. Cuando contratamos un freelance para nuestra pyme hacemos un contrato mercantil: un arrendamiento de servicios entre iguales. Esto significa que los seguros sociales corren a cargo del freelance, que pagará sus propias cuotas a la Seguridad Social, y en general nos favorece porque aligera los costes económicos de un trabajador por cuenta ajena.
Es frecuente que nuestro colaborador freelance trabaje en su propia oficina, con lo que el consumo de recursos de nuestra empresa también se reduce.
3.- «Aire fresco». Un freelance no es parte de la plantilla, y eso supone ventajas en más de un sentido para nuestro negocio: aportará puntos de vista imparciales, se pondrá en la piel del cliente y nos dirá eso que no queremos oír o nadie se atreve a decir. Contratar un freelance en nuestra pyme supone abrirnos a nuevas ideas y puntos de vista.
4.- Productividad: En general contratamos un freelance para un proyecto concreto. Esto redunda en que el freelance trabajará a fondo en este proyecto y lo cerrará cuanto antes por su propio interés.
¿Qué no debemos buscar al contratar un freelance en nuestra pyme? Recordemos que contratar un freelance supone aceptar una relación entre iguales, con todos sus pros y sus contras: un buen profesional aceptará trabajar a fondo, pero no aceptará todas las condiciones y no seremos nunca sus jefes, sino sus clientes.
Lo que nunca debemos hacer es tomar un trabajador a tiempo completo con un contrato mercantil: mismos horarios, mismas obligaciones, pero sin nómina ni seguros sociales. Estos son los famosos «falsos autónomos»: además de una figura de dudosa ética y legalidad son una bomba de relojería que explotará en cualquier momento: lo menos que nos puede pasar es que el trabajador trabaje poco y mal, y de saberse (que se sabrá) nos dará una imagen pésima como empresarios.
¿Cómo aprovechar al máximo la colaboración con un freelance?
Muchos pequeños empresarios tienen dudas ante trabajar mano a mano con profesionales que no están en la oficina. Sin embargo, la práctica nos demuestra que las relaciones humanas no dependen de dónde trabajemos sino de nuestra empatía y disposición.
La experta en marketing Laura Ribas menciona estas fórmulas de trabajo como colaboración estratégica. La desarrolla tanto para el trabajo como para un reparto óptimo de beneficios.
Para trabajar óptimamente con freelances debemos tener en cuenta que sus tiempos no son los nuestros: el horario de un freelance depende de su día. Muchas trabajadoras ha optado por hacerse autónomas para conciliar su vida familiar y laboral, lo cual debemos también tener en cuenta. Si no es ético llamar a las 11 de la noche a nuestro trabajador contratado, tampoco debemos hacerlo con el freelance.
Por eso la llegada de un freelance a nuestra pyme puede acabar suponiendo que pongamos en marcha, ¡por fin! buenas prácticas de organización del tiempo. Llevar un calendario de trabajo en red con todo el equipo, que incluya tanto a trabajadores como freelancers. En este calendario incluiremos tanto nuestras citas como las llamadas de teléfono o encuentros por Skype y anotaremos los contenidos. Algo que en Trebede.com llamamos «levantar acta», aprovechando que con nuestro programa de gestión comercial online podemos enviárnosla por mail al momento de terminar nuestra reunión virtual.
Compartir datos en equipo es otra actitud fundamental para generar una relación de confianza con nuestro freelance, sobre todo si hemos decidido contar con él o ella para varios proyectos o una tarea habitual. Emplear herramientas en la nube nos permitirá optimizar la información aun cuando nuestros colaboradores no estén físicamente con nosotros, pero aumentan el sentido de equipo y consolidan nuestras relaciones. Si nuestros freelancers tienen su propio usuario en nuestro CRM online la comunicación será más fluida y por tanto el trabajo se hará mejor.
Por último no olvidemos que para nuestros freelances somos un cliente, pero nuestras actitudes para generar sinergias con nuestros clientes también se aplican al contratar un freelance. Escuchar activamente, estar atentos a sus ideas y encontrar puntos en común _tanto en el aspecto profesional como personal_ contribuirán a una relación que nos enriquezca a ambas partes y hará crecer los proyectos de ambos. Al fin y al cabo un freelance o autónomo es también un empresario, y quiere lo mismo que nosotros: relaciones sólidas a largo plazo.
2 respuestas
Os recomiendo enormemente que tengais en cuenta los cursos online para vuestra formacion, yo para eso ahora estoy contando con euroinnova y estoy muy satisfecho con los contenidos y el trato del personal, son de 10.
Un saludo.
Gracias, Ángel!
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